2024-03-28 [Num. 976]


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Columnistas  - Halajot en la Actualidad

Rav Daniel Shmuels

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Por Rav Daniel Shmuels
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Rav Daniel Shmuels nació en Bogotá, Colombia. Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, psicoanalista del Lacanian School of Psychoanalysis e hizo sus estudios rabínicos en el Rabbinical College of America. Fue First Assistant Rabbi para Ohev Shalom al igual que para el Chief Rabbinate of Florida. Fundador del Beit Din of South Florida, miembro de los Batei Din of America. Tradujo y editó el libro “Bienvenido al Judaísmo: Una Guía al Judaísmo Básico y la Conversión Judía Ortodoxa”. Actualmente es el Head Rabbi de la Keilá The Private Shul of South Florida.

Sinat Jinam - Odio infundado

2016-08-06

9 de av

En la actualidad nos encontramos dentro las tres semanas de semi duelo que conectan ShivaAsar BeTamuz con Tisha BeAv. Anteriormente se mencionaron, tal vez, las Halajot más relevantes para el judío contemporáneo en su diario vivir durante este periodo de tiempo. Como se expuso, las restricciones de estas semanas se deben al hecho primordial de reflexionar sobre nuestro judaísmo para no entregarnos a banalidades superfluas, esta es la opinión del Rambam y del Mejaber. Pero, ¿por qué los rabinos pusieron tanto énfasis en el acto de reflexionar sobre nuestro judaísmo y qué implica esta reflexión?

Pues bien, en esta ocasión dirigiré mi exposición a partir de una pregunta básica; a saber, ¿por qué fue destruido el Templo de Jerusalén? El motivo por el cual decido iniciar con esta pregunta se debe a que, en último análisis, es debido al Jurban del Beit HaMikdash que nuestros sabios decidieron establecer estas tres semanas; entonces, a partir de ahí, entenderemos qué significa realmente reflexionar y sobre qué debemos reflexionar durante estas tres semanas para no entregarnos a banalidades superfluas y así saber cuál debe ser nuestro comportamiento ético y práctico como judíos, no sólo durante estas tres semanas, sino permanentemente.

De acuerdo a nuestra tradición oral, varias opiniones rabínicas establecen que el Segundo Templo de Jerusalén fue destruido a manos de los romanos por Sinat Jinam, el odio sin causa alguna, Jas BeShalom, de un judío hacia otro judío sin causa alguna. Este es el consenso general en nuestros días; empero, Jazal también da otras razones por las cuales el Templo fue destruido, bien sea que hable del Primer o del Segundo Templo o hable de la destrucción de Jerusalén en general. La lista de pecados a lo largo de Jazal, a grandes rasgos, incluye idolatría, relaciones sexuales prohibidas, derramamiento de sangre, incumplimiento de Shemitá (Mishná Avot 5:8-9), injusticia en las cortes (Baba Metzia 30b), incumplimiento del Shabat (Shabat 119b), y de ahí en adelante las opiniones rabínicas continúan. 

Es en Tosefta, al final de Menajot, que de manera detallada se nos informa de los motivos del Jurban del Beit HaMikdash cuando nos enseña que el Primer Templo fue destruido porque en él se llevó a cabo idolatría, relaciones sexuales prohibidas y derramamiento de sangre entre los Cohanim. Por su lado, de acuerdo a esta Tosefta, la destrucción del Segundo Templo sucedió porque "ellos amaban (en exceso) el dinero y cada uno odiaba a su vecino". He aquí lo interesante, Tosefta no menciona literalmente el término Sinat Jinam, sencillamente hace alusión al mismo; sin embargo, tanto en el Talmud Yerushalmi como en el Talmud Babli, en Yoma 1:1 e Yoma 9a-b respectivamente, se menciona puntualmente el pecado de Sinat Jinam, con esas palabras exactas, como causante del Jurban del Segundo Beit HaMikdash.

Si tenemos que el gran causante del Jurban fue Sinat Jinam, ¿no sería lo más apropiado "reflexionar" sobre nuestro comportamiento hacia nuestros hermanos judíos durante estas tres semanas en relación con este terrible mal? He aquí lo paradójico, trágico y triste de esta situación. Uno de los pilares más importantes de nuestra fe, establecido como Mandamiento positivo por Dios en Su sagrada Torá, es Ahavat Israel, la obligación de amar a todo judío sin importar su posición económica, social, origen ético, etcétera. Este pilar fue la base de las enseñanzas del Baal Shem Tov; es más, es esta Mitzvá de amar al prójimo lo que lleva al séptimo Lubavitcher Rebbe a desarrollar la magnífica obra de Mivtzoim en todas las Yeshivot de Jabad; más aún, las obras maestras de Jasidut del Rebbe Rashab y del Rebbe Rayatz de Lubavitch se convierten en piedras angulares de la filosofía de Jabad a partir de este concepto de amor al prójimo y a su vez son un manual práctico para combatir el mal individual de Sinat Jinam, el cual puede presentarse bajo los ropajes de la santidad.

Entonces; surge la pregunta, ¿cómo es posible que haya rabinos que se entreguen a la nefasta labor de ir en contra de ayudar y apoyar a otros judíos? Esto es total y absolutamente inconcebible bajo ningún aspecto. Este proceder es condenable y repudiable desde toda perspectiva Halájica y humanitaria. Me resulta casi imposible creer que esto esté sucediendo dentro de nuestra Rabanut. No importa si un judío reza o no en nuestra congregación, no importa si un judío no tiene el nivel de Yiddishkeit que nosotros podemos tener, no importa si un judío tiene una conversión de un Beit Din ortodoxo Halájico que aprobamos o no. Un judío es judío hoy y siempre y bajo ninguna circunstancia podemos aceptar el ingreso de Sinat Jinam a nuestras vidas, más aún cuando nos encontramos en una posición de liderazgo. Nuestra Halajá aborrece el uso de poder para nuestro beneficio propio aun cuando esté investido de ideales altruistas y humanitarios, los Rabeim de Lubavitch nos lo enseñan en sus obras literarias de Jasidut. Hay comunidades judías que necesitan de nuestro apoyo económico, más de lo que nosotros personalmente o nuestras comunidades pueden necesitar. Hay algunos judíos que pueden dar más que otros. No está en las manos de ningún rabino obstruir la ayuda que le podemos brindar a otro judío. Este proceder jamás se puede considerar judío o rabínico bajo ninguna perspectiva. 

Me quedo sin palabras frente al reclamo que algunos correligionarios hacen cuando generalizan abruptamente y me dicen: "Si eso lo hacen los rabinos que son los líderes y quienes deben dar ejemplo a las comunidades; entonces, ¿qué se puede esperar de los demás? Estudiar Torá, rezar, comer Kasher y cumplir Shabat son fundamentales para ser judíos, pero más allá de no afeitarnos o no escuchar música o no celebrar bodas, ¿no deberíamos todos reflexionar durante estas tres semanas acerca de este pequeño gran mal llamado Sinat Jinam y hasta qué punto nos hemos entregado a él? 

Todos los días de nuestras vidas esperamos con fe perfecta la llegada del Moshiaj y con ella la redención de todo Israel con la respectiva construcción del Tercer Templo de Jerusalén; sin embargo, nuestros sabios nos han enseñado que tenemos que labrar el camino para que esto suceda; entonces, ¿cómo vamos a tener un Tercer Templo si algunos de nuestros líderes, debido a su "amor" por el dinero, se entregan a Sinat Jinam? Es cierto que todos somos humanos y todos cometemos errores y más allá de ello, el caso expuesto acá puede ser aislado más no el proceder general de Klal Israel; empero, por ello mismo nuestros sabios en su Ruaj HaKodesh establecieron este periodo de tres semanas, para reflexionar sobre este Sinat Jinam que conllevó al Jurban y que al parecer es una epidemia incontrolable en nuestros días. Nunca es tarde para rectificar nuestros errores y en cambio siempre estamos a tiempo de mejorar como judíos y como humanos. Entonces; resta solo una pregunta para todos nosotros, ¿hasta qué punto estamos reflexionando apropiadamente durante estas tres semanas sobre lo que realmente importa?



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