2024-05-03 [Num. 981]


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Columnistas  - Quién lo Creyera

Jack Goldstein

Jack goldstein
Por Jack Goldstein
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(Bogotá, 1969). Bachiller del Colegio Colombo Hebreo (1986) y B.S. Cum Laude en Economía de la Universidad de Pennsylvania (1991). Durante 15 años fue floricultor desempeñándose también como Vicepresidente de la Junta Directiva de Asocolflores. Los últimos 20 años se ha dedicado a la hotelería gerenciando Lancaster House, un hotel y centro de convenciones en Bogotá. Es miembro del Centro Israelita de Bogotá y de organizaciones como AJC, KKL y la Fundación Mazal. Ha sido escritor frecuente en Hashavua y es Director de Limmud-Bogota. También ha estado vinculado con algunos procesos de desarrollo de comunidades emergentes en Colombia y de diálogo interreligioso. Entre sus pasiones está la historia del pueblo judío y los viajes extremos por el mundo (Top Ranking en www.thebesttraveled.com). Sus anécdotas de viaje hacen parte del libro “Chasing 193. Vol II. The Quest to Visit every Country in the World”.

Los gatos de Israel

2017-06-06

Gatos callejeros

Quienes hemos visitado Israel, nos sorprendemos siempre por la cantidad de gatos. En cualquier otro lugar del mundo lo usual es ver perros callejeros de todas las razas, como es el caso de Bogotá, pero no así en Israel. Los orígenes de éste particular caso se remontan unos 85 años, a las épocas del Mandato Británico, cuando una plaga de ratas y ratones asoló la naciente ciudad de Tel Aviv. La autoridad británica, ávida de soluciones, optó por importar felinos, muchos de ellos procedentes de Irán.

Se estima que hoy existen cerca de dos millones de gatos salvajes en Israel y solo unos cien mil de ellos han sido castrados. A eso, hay que agregar que se estima que el 20% de los hogares en Israel suelen alimentar gatos callejeros y que gracias a las condiciones climáticas, los felinos pueden reproducirse dos veces por año. Esas cifras, el potencial crecimiento exponencial de su población y los riesgos inherentes a la salud pública, llevaron hace dos años a que el ministro de agricultura, Uri Ariel, propusiera que en vez de seguir gastando el presupuesto asignado a castración, se desarrollara un plan de deportación de gatos a países del tercer mundo que quisieran recibirlos (Gatos de un solo género, para así limitar también su capacidad reproductiva a los no deportados). La moción fue ampliamente derrotada y burlada. Por lo pronto, se puede estimar que seguiremos viendo muchos gatos en cualquier parte de Israel 

Bibliografía:

Washington Post, Nov 2, 2015,

Seattle Times, Enero 25, 2016,   



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