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Judaísmo  - Objetos

Raquel Goldschmidt

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Por Raquel Goldschmidt
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Recuerdos del Jalil

2016-02-23

Jalil

Cuando era estudiante del Colegio Colombo Hebreo, junto con Rosita Dargoltz mi amiga de siempre y compañera de curso –y de pilatunas- desde los 4 años, decidimos presentarnos en un espectáculo durante el viernes en la tarde cuando se reunía el colegio a celebrar Kabalat Shabat.

El gran espectáculo estaba preparado y ensayado desde hacía una larga semana. Interpretamos “Shoshanat Yaacov” y otra hermosa melodía en nuestros respectivos jalilim, a “dos voces”, nos sentíamos muy orgullosas y recibimos muchos aplausos.

Para nosotras era un instrumento muy común y corriente, solo sabíamos que el jalil, era un instrumento típico israelí, pero no se nos ocurrió que podía tener una antigüedad de más de dos mil años –tal vez más-. Se tocaba ya durante la existencia del Segundo Templo de Jerusalem –parece que no dentro del servicio ritual junto otros instrumentos que sí se utilizaban para Shabat especialmente. Hay quienes dicen que probablemente era de origen egipcio, y del cual desciende la actual flauta.

Hoy está prohibido tocar instrumentos musicales durante el servicio de Shabat en las sinagogas ortodoxas, sin embargo, antiguamente en el Templo de Jerusalem había una gran variedad de instrumentos que adornaban y embellecían la tefilá de Shabat, incluyendo el órgano (no como el de hoy) –Salmo 150:3 al 6-. El Rey Salomón ordenó alabar a Dios con todos los instrumentos posibles, sin embargo la prohibición de la utilización de instrumentos musicales se legisló por temor a que se pudieran romper y profanar una de las leyes de Shabat deducidas por Iosef Caro, de no cortar, romper o demoler, que pertenece a una de las 39 Melajot –trabajos específicos prohibidos en Shabat-.

Lo cierto es que la utilización de numerosos instrumentos musicales, bailes, cantos, etc. aparecía en las ocasiones más importantes y festivas, por ejemplo cuando el Rey David trajo el Arca con el Testimonio a Jerusalem, él mismo bailaba de alegría girando mientras se tocaban los instrumentos musicales –Shmuel Bet 6:5- en ésta ocasión la muchedumbre de Israel sacó sus instrumentos musicales de madera y viento: cítaras, salterios, panderos, sistros y címbalos.

Se podría hacer un largo listado de instrumentos que se tocaban en la época bíblica, percusión, (tamborines), cuerdas y viento. Debo recordar también, que las mujeres hacían parte del elenco artístico, como cuando Miriam salió con todas las mujeres a bailar y cantar al son de los pandero después de haberse liberado de la opresión de los egipcios -Exodo 15:20 y 21-. Solo quiero aclarar que hoy en las sinagogas ortodoxas, a las mujeres se les prohíbe cantar para que los hombres no escuchen la voz femenina y se sientan seducidos, ya que es contradictorio con la atención que le están prestando a Dios durante la tefilah y para que otros hombres no se fijen en otras mujeres que no sean su propia esposa.

El preferido del Rey David, era el Kinor –lira- un instrumento de cuerdas con el cual tranquilizaba durante las noches, el alma afligida y angustiada, del rey Shaúl, en la época en que aún David ni pensaba en ser el rey de Israel.

Nuestro preferido, el Jalil, es ancestro del oboe, parecería ser que antiguamente eran dos flautas con una sola boquilla. De él se cuenta que principió, por la época del profeta Isaías, como expresión de júbilo por la coronación del Rey Shaúl, posteriormente fue protagonista musical en momentos de excesiva parranda y borracheras del pueblo de Israel, por lo que durante una larga época quedó prohibido por parte de los sacerdotes.

Se renovó el Jalil a partir de la creación del Estado de Israel, junto con el baile del joras-. Fue muy popular en esos momentos de dicha de retorno a la tierra ancestral, la gente salía a las calles a bailar de alegría. Y volvió a tomar fuerza después de la guerra de los seis días en 1967, cuando salíamos nosotros los niños y también los adultos a la calle a bailar felices, acompañados de nuestros vecinos no judíos quienes se tapaban un ojo con un parche negro, para resaltar la admiración al general Moshé Dayán quien dirigió la campaña de protección y victoria del 67. Es mi deber agregar que los oftalmólogos, en aquella época reportaban un número respetable de casos de problemas ópticos debido a esta tapa negra y sugirieron no utilizarla más, afortunadamente pasó pronto la moda.

El Jalil ya no se muestra tan comúnmente en las fiestas ni celebraciones como antes, y da mucho pesar que un instrumento tan antiguo y tan dulce, no sea parte de una orquesta de rock, reguetón o salsa. ¿Dónde estará mi Jalil?



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