Tiempo atrás y pocas semanas después del macabro asalto genocida del 07/10/2023, perpetrado por la organización terrorista Hamas a los poblados del sur del Estado de Israel, tres países europeos, Noruega, Irlanda y España, han reconocido a un inexistente estado palestino, significando con ello la escabrosa aceptación de la mencionada organización criminal que detentaba el islamista poder absoluto en la Franja de Gaza.
Cabe recordar por lo tanto los antecedentes nazis y fascistas de estos tres países durante la 2ª. Guerra Mundial quienes apoyaron, colaboraron e intervinieron, durante los años más negros de la historia de Europa, en la matanza de 50 millones de seres humanos, de los cuales 6 millones fueron judíos y entre ellos 1 millón y medio de niños. Ésta nota será dedicada a Noruega.
No caben dudas que Anders Behring Breivik, el ultranacionalista noruego autor en 2011 del asesinato de 77 personas, era un asesino y está pagando muy caro por lo que hizo en Oslo y en especial por los niños y jóvenes que ha matado en Utoya pero, ¿cómo catalogar entonces a las bestias de Hamas que ultrajaron y asesinaron a 1200 niños, jóvenes y mayores, llevándose como rehenes a 250 civiles inermes y vulnerables para poseerlos y supuestamente intercambiarlos por prisioneros palestinos culpables de terrorismo y con sangre en las manos?
Los “ultras”, o sea todos los extremistas, son responsables por sí mismos de los delitos que cometen y sobre ellos debería caer todo el peso de la ley.
Ello no invalida el desarrollo, esclarecimiento y aplicación de las doctrinas del ideario democrático liberal que deberían seguir sirviendo para defender una sociedad justa contra esos otros “ultras” que quieren destruir al Estado Judío, convertir a Europa en “Eurabia” y al mundo en general en un “Califato Universal”.
Para ello se valen de la peligrosa ingenuidad y negligencia de aquellos que todavía no terminan de entender que existe una diferencia enorme entre el concepto de diversidad natural y un falaz multiculturalismo que está destruyendo la esencia europea.
El multiculturalismo ha permitido engendrar guetos obviando la integración; ha creado la sensación de que los conceptos de libertad y respeto a las normas del país que acoge a los diferentes no deben ser exigidos a estos pues pertenecen a “culturas distintas” y lo más grave es la confusión entre terroristas “malos” (los propios) como la ETA y Breivik y los terroristas “buenos” (los otros) como Hamas o la Jihad.
Noruega fue y sigue siendo un país judeofóbico que en la actualidad ha ido mutando por una postura profundamente antiisraelí y pro palestina, es decir pro-Hamas.
Desde los comienzos de la campaña nacionalsocialista (nazi) en la Alemania del siglo pasado, las ideas de Hitler prendieron rápidamente en la sociedad noruega.
Vidkun Quisling fue el fundador en 1933 del partido nacionalista (fascista) Nasjonal Samling que preparó al pueblo noruego para recibir la invasión alemana sin ninguna oposición ni lucha armada alguna. Quisling formó un gobierno al servicio de los alemanes y persiguió a los judíos para enviarlos a los campos de exterminio con la colaboración de los habitantes noruegos.
La clase social alta de Noruega fue desde siempre antisemita habiéndose aliado desde antes de la época napoleónica con los Imperios Centrales contra las ideas iluministas y liberales de aceptación de la diversidad, entre ellas la judía.
En los últimos tiempos los distintos gobiernos socialistas de Noruega se adaptaron fácilmente a recibir en Oslo a los líderes terroristas palestinos, primero a Arafat y ahora a los miembros de Hamas, no respetando que tanto EE.UU. como Europa consideran a esta última agrupación como una entidad terrorista. En “Los Acuerdos de Oslo” de 1993 Noruega sirvió de intermediaria entre Rabin y Arafat pero, aprovechando la inmensa voluntad de paz de la delegación israelí, lograron imponer una fórmula perversa como fue la de “Gaza y Jericó primero”.
¿Qué quiere decir “Gaza y Jericó primero”? ¿Y después qué…? ¿Todo Israel?
Es exactamente lo que piensan los palestinos; Hamas promueve sin ambages de ninguna naturaleza la destrucción del Estado de Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) piensa lo mismo, pero con una estrategia más lenta y adaptada a “Los Acuerdos de Oslo”.
Existen muchos noruegos que no solo justifican los ataques terroristas contra Israel, sino que además los legitiman, los apoyan financieramente y los aprueban diciendo que se debe a la “ocupación”. ¿Por quién está ocupada Gaza si el único judío retenido hasta su intercambio por 1027 terroristas fue el soldado Shalit, secuestrado por los del Hamas?
El Embajador de Noruega en Israel no tuvo vergüenza alguna en decir: “Nosotros los noruegos consideramos que la “ocupación” es la causa del terrorismo en Israel”. Esta afirmación no pudo haberla hecho el Embajador sin la aprobación de su Gobierno.
Distintos estratos del organigrama funcional del país están embanderados al frente de un inicuo “BOIKOTT” (boicot en noruego) al Estado de Israel.
Eskil Pedersen, Secretario de la “Liga Juvenil de Trabajadores del Partido Laborista AUF, el organizador del campamento en la isla de Utoya donde se produjo la masacre, es uno de los promotores más recalcitrantes del boicot a Israel en Europa. En la elaboración del programa que estaban desarrollando en la mentada “Reunión para niños y jóvenes” figuraban temas de exposición sobre los derechos del Pueblo Palestino, la “ocupación” de tierras palestinas”, el boicot a Israel, etc., pero nada, absolutamente nada, del terrorismo palestino, los misiles diarios disparados desde Gaza o del soldado Guilad Shalit secuestrado y cautivo del Hamas.
El jueves anterior a la matanza, Jonas Gahr Store, Ministro de Exteriores de Noruega, fue recibido en el campamento de verano de la AUF en Utoya, donde escuchó el pedido de reconocimiento al estado palestino acompañado por un enorme cartel solicitando el “BOIKOTT A ISRAEL”. (Reuters). Fue en esa ocasión que el Ministro de Exteriores manifestó: “La ocupación debe terminar, el muro se debe demoler y hay que hacerlo ya”. En una declaración abiertamente judeofóbica Store condenó a Barak Obama por nombrar a un judío, Rahm Emanuel, como su jefe de Gabinete. (Alan Dershowitz).
Esta aberrante manifestación fue elogiada por funcionarios y académicos y silenciada por toda la dirigencia política y periodística de Europa.
El boicot universitario y académico contra Israel está liderado por las principales Universidades de Noruega, entre ellas la de Bergen y esta infamia ha sido aplicada a Alan Dershowitz cuando viajó a Noruega para dictar una serie de conferencias que fueron rechazadas por las Universidades más importantes. Dershowitz no es israelí, pero es un defensor de Israel y un brillante orador con bases y argumentos jurídicos que los ideologizados noruegos no soportan escuchar.
Las acciones de BDS (boicot, desinversión y sanciones) fueron apoyadas por Sigbjoern Johnsen, el Ministro de Economía de Noruega y se mantienen sin pausa desde 2006 (www.elreloj.com) con el retiro societario de empresas constructoras israelíes.
La anulación de inversiones se refleja también en Elbit, empresa armamentística israelí, con la excusa del “asesinato por parte de Israel de nueve activistas turcos en el ataque a la Flotilla que tenía las intenciones de romper el bloqueo de Gaza”. (www.haaretz.com).
Una parte importante de la población noruega aprueba esta política antiisraelí cuando se ha verificado que más del 40% se niegan a comprar productos israelíes.
Cuando a un exministro, Kare Willoch, le obsequiaron un pasaporte palestino, expresó: “Me he dado cuenta de la muy grave injusticia a la que ha sido sometido el pueblo palestino y que realmente todo el mundo occidental tiene su responsabilidad en ello” (www.theforeigner).
Noruega financió innumerables acciones palestinas que incitan al odio contra Israel abonando los viajes a las Naciones Unidas para presentar la obra “Monólogos de Gaza” que trata del sufrimiento de los niños de Gaza debido a la *ocupación* israelí.
Una exposición itinerante de un artista noruego (Damasco, Beirut y Amán) mostró a niños palestinos muertos rodeados de cascos nazis y una bandera israelí ensangrentada.
Los noruegos distribuyen en los Festivales de Cine, documentales palestinos donde en uno de ellos, “Lágrimas de Gaza”, están cantando una canción que en árabe dice “Itbah al-Yahud” (masacrad a los judíos), pero en la traducción noruega aparece cambiado deliberadamente por “masacrad a los israelíes”. (www.ynetnews.com).
Para finalizar vale recordar que durante la presidencia de Shimon Peres z”l, dirigiéndose a los noruegos, enfatizó que dialogar con el Hamas es apoyar a esta organización terrorista y ello no ayudará al logro de una solución pacífica en las tensas negociaciones palestino-israelíes. La prueba, lamentablemente, está a la vista; no hay con quien dialogar ni negociar.