2024-04-24 [Num. 979]


Parashat Aharei Mot

Pureza e impureza ritual

Este Shabat 29 de Nisan de 5782, 30 de abril de 2022, se leerá la Parashá de Aharei Mot “Después de la muerte”, del libro de Vaikrá.

Resumen

Azazel

Dios le da la instrucción a Moshé de cómo y cuándo debía Aarón entrar al Santuario, su vestimenta y qué sacrificios llevar, para que no muriera. Después le ordena cómo debía ser el sacrificio específico para que expiara por él y su familia, llevando dos machos cabríos, uno para Ado-nai y el otro para Hazazel, éste último se llevaba al desierto. Expiaría entonces en el Santuario, las impurezas y transgresiones de los hijos de Israel. Antes y después de la ofrenda debía sumergirse en la mikveh.

Indica Dios, como ley perpetua por generaciones: el día 10 del séptimo mes (10 de Tishrei Yom Kipur) cuando se debía afligir el ser y guardarse de trabajar, como si fuera Shabat, pues debían todos purificarse de los errores cometidos. La expiación la haría el Cohen que hubiese sido ungido, con su vestimenta de lino.

Los sacrificios que ofrecieran los del pueblo de Israel debían ser obligatoriamente traídos a la Tienda de Reunión, de lo contrario sería truncado éste hombre del seno de su pueblo, con el propósito que no se desvíe hacia otros dioses o espíritus.

Se pronuncia fuertemente Dios con la prohibición de tomar sangre, ya que la vida de la carne está en la sangre. También con respecto a imitar las prácticas idólatras y las costumbres de la tierra de Egipto ni de los cananeos, cumpliendo solamente las leyes y mandamientos de Dios.

Prohíbe Dios el incesto catalogando cuáles son consideradas relaciones incestuosas, prohíbe a su vez relaciones homosexuales y zoofilia, considerándolo depravación y esto impurifica la tierra, con éstas cosas se habían mancillado las naciones que Dios iba a expulsar de la tierra de Canaán. Al final del listado ordena no profanar el Nombre de Dios ofreciendo la descendencia para Molej (ofrendas humanas).


Kipur y el impacto de la Torá oral. Comentario de la Parashat Ajareí Mot por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.

Explicaciones

Levítico 16:13 à “Echará el incienso sobre el fuego ante Ado-nai y cubrirá la nube de incienso el propiciatorio que está sobre el Arca del Testimonio y no habrá de morir”.

Rav Noaj Weinberg Z”L, fundador de Aish Hatorá, explica la importancia del incienso (Ktoret), representando el más alto nivel de servicio a Dios. Era encendido en el lugar más sagrado del Altar. El principal sentido involucrado en éste ritual es el olfato, el cual, explica Weinberg, es el sentido del alma. En Pniney Halajá se explica que éste rito con el incienso, tenía el cometido de expresar la conexión entre el pueblo de Israel y Dios, siendo una ofrenda espiritual y sutil que conecta las almas.

La ciencia ha demostrado que las fragancias y diversos olores despiertan sensaciones y emociones que nos conectan con el pasado o con situaciones especiales, pudiendo influir en decisiones y estados a veces beneficiosos otras veces no. Pero especialmente suelen traer cercanía hacia seres amados.

Los humanos recordamos solamente nuestra vida actual; el olor de aquel incienso que el Cohen quemaba en el Kodesh Hakodashim (el lugar más sagrado), traía esa sensación de conexión Divina a la mente del Cohen y era quien con esa sabiduría podía establecer lo que Dios pretendía. Solamente el Cohen Gadol podía quemar ese compuesto de incienso, era el elegido para hacerlo, el Cohen tenía un propósito asignado por Dios. Por eso nadie más debía haberlo hecho, (ni siquiera sus hijos).



Ver más explicaciones

Levítico 16:12 “Tomará un incensario lleno de brasas de fuego del Altar de ante Ado-nai y sus dos puños llenará de esencias en polvo para el incienso y lo traerá al interior del velo”.

El Rabino Yosef Biton, en una bellísima explicación dice que el ketoret (incienso), tiene larguísimas explicaciones talmúdicas y rabínicas. El Ketoret estaba compuesto de 11 elementos de medida exacta, se molía a mano y se ofrendaba dos veces al día cada día de los 365 días del año solar. En ocasión de las festividades de Yom Kipur y de Pesaj, el Ketoret era molido con más determinación hasta volverlo polvo. En Yom Kipur se realizaba triple porción de éste incienso. Al consumirse, el ketoret inundaba de dulce fragancia no solamente el lugar de la ofrenda sino que llegaba su fragancia a todo el pueblo de Israel. ¿Cómo era posible esto? Primero la fragancia era muy intensa. Además, la familia de los Abtinás, quienes se encargaban de preparar la fórmula, colocaban unas hojitas: maalé hasham, que hacían que el humo subiera verticalmente permitiendo que la fragancia se dispersara por todo el lugar. Este procedimiento con las hojitas se hacía en el templo de Jerusalem y cuando esto se realizaba, venía gente de Jericó solo para tener ésta vivencia de la fragancia. Cuenta el Midrash, continúa el Rav Biton diciendo, que las mujeres el día de su boda no se perfumaban porque esta deliciosa fragancia cubría todo el espacio.



Levítico 16:9 → “Ofrecerá Aarón el macho cabrío, sobre lo que habría recaído la suerte para Ado-nai, y lo hará como sacrificio expiatorio”.

Rashi había explicado que se realizaban dos ofrendas, se echaba a la suerte para que una ofrenda de macho cabrío le correspondiera a Azazel y la otra a Dios. Azazel, afirmaba Rashi, era el nombre de un monte alto y rígido. El rabino David Ben Israel, manifiesta que según la Mishná, el Cohen Hagadol, durante el servicio de Yom Kipur, confesaba sus pecados y los pecados del pueblo de Israel sobre el chivo (macho cabrío), que era enviado posteriormente a Azazel desde donde lo arrojaban. El otro macho cabrío era sacrificado posteriormente a Dios.

Hay pecados de los cuales el hombre debe despojarse, y debe corregirlos por sí mismos. Hay pecados de los cuales son imposibles de despojarse, porque lo hecho no tuvo manera de reparase físicamente, solamente el arrepentimiento y la indemnización, hacen que se suavice el decreto Divino. El envío del sacrifico al monte de Azazel representa aquellos pecados que el hombre puede resolver y debe hacerlo, incluso a costa de sacrificios. Y los pecados que no tienen “vuelta de hoja”, hay que aprender a deshacerse de ellos reparando de alguna manera al afectado y dejando que ambos curen con el tiempo el dolor de la pérdida causada, tanto el que la causó como el afectado. Dios en su sabiduría ayuda al hombre a saber cómo reaccionar ante estas circunstancias, y definitivamente la maldad que el hombre pueda tener por dentro, se deberá depurar por medio del arrepentimiento y la indemnización.



Levítico 16:10 → “Y el macho cabrío sobre el que había recaído la suerte para Azazel, será colocado vivo ante Ado-nai, para expiar sobre él, para enviarle a Azazel al desierto”.

El rabino Marcos Edery trae la explicación de Rashbám - Rabbi Shmuel ben Meir (1085–1158) Troyes, Francia, Nieto de Rashi- quien explica que el sentido literal de éste versículo, es que el chivo emisario se le enviaba al desierto, al igual como se soltaba al pájaro vivo sobre la fas del campo para purificar al leproso de su afección (Levítico 14:7). También se enviaba en el día de Kipur, para purificar al pueblo de Israel de sus errores, el chivo emisario al desierto, que era un lugar de pastos vedes (Exodo 3:1).

Muchas son las interpretaciones libres que han generado grandes rabinos con respecto a las dos ofrendas, una de las cuales era sacrificada en el Santuario y la otra era enviada al desierto, estando vivo y debía ser parte de las ofrendas de expiaciones del pueblo de Israel. Algunas ideas proponen, los pecados obvios que se han hecho públicos y el cabrito enviado al desierto, propone los pecados ocultos que no se saben y quedan en manos de Dios. Otros proponen sobre el perdón de los pecados del pueblo y el otro sobre el resto de los pueblos del mundo. Otro se trata de los pecados que merecen castigo y el otro aquellos pecados que tienen la posibilidad de recuperación. En fin, no hay claridad explicada en la Torah del porqué de estas dos ofrendas, pero la posibilidad de interpretar que nos brinda el judaísmo abre puertas a la imaginación, las cual nos conducirá a verdades eternas.



Levítico 16:10 → “Y el macho cabrío sobre el que había recaído la suerte para Azazel, será colocado vivo ante Ado-nai, para expiar sobre él, para enviarle a Azazel al desierto”.

El rabino Marcos Edery trae la explicación de Rashbám - Rabbi Shmuel ben Meir (1085–1158) Troyes, Francia, Nieto de Rashi- quien explica que el sentido literal de éste versículo, es que el chivo emisario se le enviaba al desierto, al igual como se soltaba al pájaro vivo sobre la fas del campo para purificar al leproso de su afección (Levítico 14:7). También se enviaba en el día de Kipur, para purificar al pueblo de Israel de sus errores, el chivo emisario al desierto, que era un lugar de pastos vedes (Exodo 3:1).

Muchas son las interpretaciones libres que han generado grandes rabinos con respecto a las dos ofrendas, una de las cuales era sacrificada en el Santuario y la otra era enviada al desierto, estando vivo y debía ser parte de las ofrendas de expiaciones del pueblo de Israel. Algunas ideas proponen, los pecados obvios que se han hecho públicos y el cabrito enviado al desierto, propone los pecados ocultos que no se saben y quedan en manos de Dios. Otros proponen sobre el perdón de los pecados del pueblo y el otro sobre el resto de los pueblos del mundo. Otro se trata de los pecados que merecen castigo y el otro aquellos pecados que tienen la posibilidad de recuperación. En fin, no hay claridad explicada en la Torah del porqué de estas dos ofrendas, pero la posibilidad de interpretar que nos brinda el judaísmo abre puertas a la imaginación, las cual nos conducirá a verdades eternas.