2024-04-25 [Num. 980]


Parashat Ekev

Seguir la Ley de Dios

Este Shabat 18 de Av de 5783, 5 de agosto de 2023, se leerá Parashat Ekev tishmeú: “Por cuanto hayáis escuchado”, del libro de Devarim. Este es el segundo de los siete Shabat Najamú: “Shabat de consuelo”, llamado “Vatomar Tzión” por la Haftará en la que se leerá a Isaías confirmando que Dios no se olvida de Su pueblo Israel, que se lee tradicionalmente en el Shabat posterior a Tishá Beav, siendo éste el segundo de los siete Shabatot de consuelo.

Resumen

Manna

Moshé exhorta al pueblo de Israel, sobre la importancia de cuidar los Mandamientos Divinos, en la tierra que les estaba entregando, por ello serían amados y bendecidos por Dios en todo sentido: sustento, salud, procreación, etc.; animó al pueblo a que no temiese, pues tenían que vencer poco a poco a los pueblos que allí habitaban,  desalojando la tierra de sus ídolos, porque de dejarlos allí,  serían como trampa para Israel. No olvidar a Dios especialmente en los momentos de abundancia, creyendo el hombre que con su propia fuerza y poder logra el beneficio y el éxito, pues es Dios el que da la fuerza para hacer la riqueza. Moshé recuerda al pueblo que desalojará a los pueblos que allí viven por su perversidad, idolatría y corrupción, cumpliendo la palabra prometida a Abraham, Itzjak y Yaacov.

Rememoró Moshé los cuarenta años en el desierto, durante los cuales se alimentaron de maná y su ropa y calzado no se envejecieron; donde Dios los afligió para someterlos a prueba y hacerles bien al final; ahora entraban a una tierra fructífera, donde bendecirán a Dios por la tierra buena que les entregaba. Previno a Israel de no desviarse en torno a otros dioses pues de ser así se iban a perder. Trae a la memoria el acontecimiento del becerro de oro que habían hecho en el desierto al ver que Moshé se demoraba en bajar del monte, demostrando que era un pueblo rebelde contra Dios, pues no había creído en El, pero Moshé salvó al pueblo y a Aarón de ser destruidos por Dios, siendo castigado posteriormente por el pecado. Recapituló Moshé cómo volvió a rehacer las Tablas de la Ley, con los diez mandamientos que había en ellas.

Recuerda Moshé ¿qué es lo que Dios demanda del pueblo?: Amar a Dios y encaminarse con Sus enseñanzas. El cuida al huérfano, la viuda y el converso, para darle pan y vestimenta. Entonces, ordena Dios, recordar Sus palabras y tenerlas puestas en el corazón, atándolas como signo en el brazo (tefilin) y por señal entre los ojos, enseñando a los hijos y hablando de ellas en todo momento. Escribirlas sobre los bastidores de las casas (mezuzot) para que se multipliquen los días sobre la tierra que Dios entrega y no se erguirá pueblo alguno contra Israel.


Interpretaciones de los Diez Mandamientos Comentario de la Parashat Ekev por el Rabino Alfredo Goldschmidt del Centro Israelita de Bogotá.

Explicaciones

Deuteronomio 8:1: “Toda ordenanza que Yo te ordeno hoy, habréis de observar para cumplir, para que hayáis de vivir y os multipliquéis y vengáis y poseáis la tierra, la que prometió Ado-nai a vuestros patriarcas”.

Esta ley aparece repetidamente, como en la Parashá anterior, Vaetjanán -Devarim 7:11-, donde dice: “Habrás de cuidar la ordenanza y las leyes que Yo te ordeno hoy para cumplirlas”.

Rav Yehonatan Gefen (Miembro del Jerusalem Kolel), explica

“Los comentaristas escriben que este versículo, que aparece hacia el final de la Parashá, es la fuente del principio de ‘cumplir la ley más allá del pie de la letra’. Esto nos enseña la necesidad de evitar ser medakdek (exacto) en temas de ley y, en ciertas ocasiones, ser mevater (perdonar) en temas o cosas que a veces nos pertenecen por derecho”.

Buena parte de la legislación expuesta en la Torah, es inevitable e importante explicarla, para que se pueda entender y racionalizar. Algunas leyes que pertenecen al campo de los jukim (leyes sin explicación como por ejemplo leyes de Kashrut), pueden ser explicadas cabalísticamente, pero a pesar de tener o no, explicación, es importante seguirlas y cumplirlas. Algunas leyes se han modificado sin ser cambiadas en su sustancia, por valores científicos, por lugares geográficos o por épocas.

Importante estar consciente de la ley original y en búsqueda de explicaciones científicas, espirituales o prácticas.



Ver más explicaciones

Deuteronomio 8:1: “Toda la ordenanza que yo te ordeno hoy, habréis de observar para cumplir, para que hayáis de vivir y os multipliquéis y vengáis y poseáis la tierra, la que prometió Ado-nai a vuestros patriarcas”.

Rav Arturo Kranner, cofundador de Aish Hatorá en Jerusalem, explica en video que la ordenanza Divina fue entregada por Dios, para beneficio del hombre y no para Él, ya que Él no lo necesita.

Es como cuando un padre alecciona a un hijo y le ordena que no toque la plancha cuando está encendida. Es para el bienestar de su hijo, pero el padre sufre si el hijo no le obedece. Porque por un lado siente que el hijo no le creyó su llamada de atención, por otro lado, al padre no le gusta ver sufrir a su hijo.

Cuando Dios entrega la Ley a Moshé y Moshé al pueblo de Israel, lo hizo con la esperanza que el hombre pensara, analizara y llegara a conclusiones inteligentes, con el propósito de protegerse y poder recibir las bendiciones que la vida dada por Dios, permite al hombre, pero principalmente que le creyera, que supiera que la ley, aún sin explicación estaba elaborada para su propio bien y el castigo al no cumplimiento de la ley, no es un “castigo Divino” sino la consecuencia de no haber acatado ésa ley.



Deuteronómio 7:26: “Y no habrás de traer abominación a tu casa, ya que serías anatema como él. Repulsar habrás repulsarlo y abominar, habrás de abominarlo, ya que anatema es”.

Entiéndase antema como maldición. El rabino Marcos Edery explica que la Torah no acepta doble moral ni siquiera en el plano material en el que el hombre tiende a cierta indulgencia.

Este versículo, claramente se refiere a traer a casa artículos –incluso decorativos- que representan deidades, son ídolos y Edery lo presenta como doble moral. La condición “artística”, dentro del marco del judaísmo se delimita rotundamente entre objetos que no tienen un valor o significado intrínseco, que no representen una ideología o creencia idólatra y los que sí (estatuas de deidades, dibujos de santos, fotografías de religiosos incluyendo rabinos) y se agrava la situación cuando éstos son utilizados para adoración (encenderle velitas, colocarlos en altares, etc.).

La halajá (Ley), no es solamente no creer en ellos ni rezarles, sino poseerlos también está prohibido.



Deuteronomio 7:25: “Las estatuas de sus ídolos habréis de quemar con fuego, no codicies ni la plata ni el oro que está sobre ellos y lo tomes para ti, no sea que tropieces con ello, pues abominación de Ado-nai tu Dios es”.

El rabino Marcos Ederi, trae en breve la explicación de Hizekuni (Hezekiah ben Manoah, siglo XIII Exegeta francés: comentario cabalístico de la Torah), “porque a veces mantendrás la idolatría a causa de la plata y el oro”.

En esa afanosa búsqueda de “espiritualidad”, personas suelen ver en otros cultos aquello que parecería representarles su ideal. Sin haber estudiado y profundizado en la Torah que Dios entregó al pueblo de Israel hace miles de años, Torah que ha hecho prevalecer y sobrevivir al pueblo todo ese tiempo, un pueblo que ha pasado por duras penurias y matanzas y a pesar de ello, sigue de pie y viviendo. Dios consolará a su pueblo y regresaremos con toda esa sabiduría a la tierra de nuestros ancestros, nos promete la Torah y los profetas, para quienes investigan la ciencia judía y profundiza en ella, comprenderán parte de las acciones Divinas y el porqué de la supervivencia de su pueblo. De una u otra manera, importante es tener en cuenta que la sabiduría, el amor y la justicia, juegan un papel preponderante en las enseñanza Divinas y aquél que odia a su hermano, el que lo agrede por convicciones diferentes, baja peldaños de la verdadera espiritualidad que el judaísmo quiere transmitir.

Quiera Dios que pronto la mente de los seres humanos se aclare y se perciba la potencia de la Divinidad en toda su bondad y justicia.



Deuteronomio 7:24 “Entregará a sus reyes en tu mano y harás que se pierdan sus nombres de debajo del cielo; no se erigirá hombre alguno ante ti, hasta que los destruyas a ellos”.

Este versículo y todas las promesas que aparecen en todo el capítulo, están íntimamente relacionado con el primer versículo que informa Dios el esfuerzo que hay que realizar para entender las leyes planteadas en la Torah, guardarlas, cumplirlas y de ésta manera será efectivo el pacto prometido a los patriarcas. –Deuteronomio 7:12-.

En ésta promesa específicamente, la cual en tiempos anteriores la humanidad ha enfrentado ya el hecho de la desaparición de las grandes potencias e importantes imperios que quisieron imponer sus religiones, esclavizar o “borrar del mapa”, al pueblo de Israel, hoy los judíos, han desaparecido y el único rastro que queda de ellos son las leyendas, historias y arqueología que comprueban de su existencia. Hoy, aún hay pueblos que desafían la existencia del pueblo de Israel, pero mientras el pueblo judío, sea fiel a Dios y a sus enseñanzas en la Torah junto con las explicaciones adecuadas, mientras el pueblo de Israel sea un pueblo recto, justo, sabio y bondadoso, el destino de cada pueblo enemigo que desee su aniquilación o tan siquiera su humillación, será borrado de su permanencia en la tierra, coo lo ha sido anteriormente, y todo por el amor que Dios le tiene a su pueblo fiel. El que es inteligente, analítico y conocedor, puede ver esta verdad.



Deuteronomio 7:22 y 23  “Y desalojará Ado-nai tu Dios a los pueblos éstos, de ante ti, poco a poco. No podrás exterminarlos pronto, no sea que te excedan a ti las fieras del campo. Los entregará Ado-nai tu Dios ante tí y los ofuscará, una conturbación grande hasta que queden destruidos”.

El famoso escritor estadounidense Mark Twain (1835-1910), lo analiza muy claramente y se aplica al día de hoy y siempre. "Si las estadísticas son correctas, los judíos constituyen el uno por ciento de la raza humana. Es como una nebulosa partícula de polvo dentro del polvo estelar perdido en la grandeza de la Vía Láctea. Realmente no debería escucharse casi nada acerca del judío, sin embargo, se oye acerca de él, y siempre se ha oído. Es tan prominente en el planeta como cualquier otro pueblo, y su importancia comercial está extremadamente fuera de proporción en relación a su pequeñísimo tamaño.

Sus contribuciones a la lista de grandes nombres en el mundo en literatura, ciencia, arte, música, finanzas, medicina y el aprendizaje abstruso están también fuera de proporción en relación a la debilidad de sus números. Ha peleado de una manera excepcional en el mundo, en todas las épocas; y lo ha hecho siempre con las manos atadas detrás de su espalda. Podría ser vanidoso y ser excusado por ello.

Los imperios egipcios, babilonios y persas, crecieron, llenaron el planeta con sonido y esplendor, y después desaparecieron como parte de un sueño. Después aparecieron los griegos y los romanos e hicieron mucho ruido pero también desaparecieron. Otros pueblos han crecido y mantenido su antorcha prendida en alto por algún tiempo, pero finalmente se les apagó y ahora se encuentran en el crepúsculo o ya no existen. El judío los vio a todos y les ganó a todos. Es ahora lo que siempre fue, no ha mostrado decadencia ni envejecimiento, ningún debilitamiento de sus partes, ningún enlentecimiento de sus energías, ningún desafilamiento de su mente alerta y agresiva. Todo es mortal excepto el judío; todas las demás fuerzas pasan, pero él perdura.

¿Cuál es el secreto de su inmortalidad?"

Con una visión extremadamente clara, Twain representa la pregunta cuya respuesta está contenida en éste versículo junto al versículo igualmente poderoso de Exodo 23:29 y 30. Es ni más ni menos, que un mensaje a todos aquellos pueblos cuyo único e injustificado objetivo es hacer daño y destrucción del pueblo de Israel. El que tiene ojos que lo vea, el que tiene oídos que lo escuche y lo trate de entender. El pueblo de Israel fue esparcido por el mundo a manos enemigas pero era el destino que Dios le había advertido por el pecado de idolatría cometido, por las leyes de Dios que había desafiado. Solo Dios tiene el poder de permitir o no permitir. Estos versículos son un mensaje para quienes tengan la inteligencia y capacidad de entenderlo, a los medios sesgados, a los terroristas islámicos, a los gobernantes y pueblos antisemitas, antijudíos, antiisraelíes.



Deuteronomio 7:17 al 19 → “Cuando te dijeras en tu corazón: Son más numerosos estos pueblos que yo, ¿Cómo podré desterrarlos?  ¡No temas de ellos!  Recuerda lo que ha hecho Dios al Faraón y a todo Egipto. Los grandes milagros que vieron tus ojos, y las señales y las maravillas, y la mano fuerte y el brazo tendido mediante los cuales te ha sacado Dios; así hará Dios a todos los pueblos que tú temes de ellos.  Y también a la tzirá enviará Dios sobre ellos, hasta destruir a los que queden y los que se oculten delante de ti”.

El Rav Yehuda Halevi en su libro “Temario y comentario de la Parashá”, explica: En estos versículos, la Torá nos relata cómo Dios hará para que los hijos de Israel conquisten la tierra de Israel, y nos informa que así como Dios hizo grandes milagros para sacar al pueblo de Israel de la tierra de Egipto, así también hará cuando el pueblo se disponga a conquistar la tierra de Israel. Además, Dios enviará a la "tzirá" - una especie de abeja o avispa venenosa - para que ella termine de destruir a todos los enemigos del pueblo de Israel.

En Maase Hashem dice: “Solo cuando entiendan que a través de su propia habilidad y sin la ayuda de Dios no podrán sobrepasar a las naciones, entonces no tendrán nada que temer. Pero si imaginan que van a poder sacar a las naciones con su propio poder, entonces deben empezar a preocuparse, porque Dios no les dará la ayuda necesaria”.

El entendimiento y la razón que demuestran la ayuda Divina, dota al hombre de la fuerza y la posibilidad para lidiar con temas de enemigos. Estos versículos están planteados para la generación que iba a entrar a tomar posesión de la tierra prometida. Pero aun hoy es aplicable; ¿Acaso es que Dios pasó a la historia?, ¿Acaso es que ya no hay poder Divino?, el afecto hacia la legislación judía de la Torah, su práctica y el amor a Dios, hacen recordar los prodigios que Dios hizo a su pueblo a la salida de Egipto, inclusive al pueblo rebelde durante la estadía en el desierto. Recibió el pueblo el castigo de permanecer durante 40 años en el desierto, pero no fue un castigo final y determinante. El pueblo ha resurgido en varias épocas de la historia y hoy no tiene por qué ser diferente. Recuerda las señales que Dios hizo… así Dios hará a todos los pueblos que tú temes, incluso a los que se ocultan delante de ti. Es una ley Divina de todos los tiempos.



Deuteronomio 7:21 “No te quebrantes ante ellos, pues Ado-nai tu Dios está en tu seno, Dios Magno y Temible”.

El Rabino Samson Raphael Hirsch muestra que esta expresión “no te quebrantes” ya ha aparecido anteriormente en la Torah –Deuteronomio 1:29-. La palabra “lo taarotz”, no te quebrantes, puede indicar asustarse o asustar a otra persona.

Cuando debían entrar a la tierra de Canaán el pueblo se Atemorizó por culpa del informe expresado por 10 de los 12 los exploradores enviados a reconocer la tierra, pero Dios le había advertido al pueblo que nos e atemorizara, ya que Dios iba delante de ellos y lucharía sus batallas. En este caso, en peste versículo profético, se trata de una prevención  que Dios pone al pueblo de Israel cuando esté viviendo en la tierra que Dios entrega al su pueblo. Se sabía que habría gente y pueblos que asustarían y aterrorizarían a Israel, pero mientras Israel estudiara y cumpliera la Torah y se afianzara con Dios, El protegería al pueblo en sus luchas y sus ideales.

La de hoy es casi una repetición de los hechos antiguos. Israel se ve amenazada por pueblos vecinos y además aterrorizada con las posiciones antisemitas de otros pueblos más lejanos de su frontera pero cercanos por los medios de comunicación, e influyentes en la mente y el corazón de otras gentes. Mientras el que pueblo de Israel y los judíos del mundo, no se dejen asustar, mientras que el estudio de la Torah esté frente a nuestras causas, las luchas que emprendamos, serán justas y Dios estará al frente con su pueblo.


Deuteronomio 7:20 → “Y también la ‘Tzirá’ enviará Ado-nai tu Dios contra ellos; hasta perderse los que hubieren quedado y los que se hubieren ocultado ante ti”.

El rabino Yehuda Halevi En judaismohoy.com explica: Además, D'os enviará a la "tzirá" - una especie de abeja o avispa venenosa - para que ella termine de destruir a todos los enemigos del pueblo de Israel.       

Hace algunos meses, cuando leímos Parashat Mishpatim, allí estaba escrito: "Mi temor enviaré delante de ti y confundiré a todos los pueblos que irás contra ellos, y entregaré a todos tus enemigos, que huirán de ante ti.  Y enviaré a la tzirá delante tuyo y expulsará al (pueblo) jiví, al (pueblo) quenaaní y al (pueblo) jití, de ante ti" (Shemot -Éxodo- 23:27-28).  Allí, en esos versículos, D'os no le dijo al pueblo que en la época de la conquista de la tierra de Israel, enviaría grandes plagas sobre los pueblos que la habitaren en ese momento, así como lo había hecho en la salida de Egipto. D'os solamente les dijo que enviará a la tzirá para que los ayude, y se entiende de esos versículos que para conquistar la tierra de Israel y para expulsar a todos los pueblos de la tierra, realmente alcanzaría solamente con la tzirá.  Entonces, ¿por qué en nuestra Parashá D'os les aseguró que además de enviar la tzirá también obraría grandes milagros como hizo en Egipto para conquistar la tierra de Israel?

Esta pregunta fue respondida por el Rav Itzjak Zeev Haleví Soloveichik (1889 - 1959) en sus explicaciones a la Torá. Él nos explica que existen dos clases de milagros: los milagros perceptibles y los milagros ocultos - que son los milagros que el hombre no puede percibir en el momento que son realizados por el Creador.  

La diferencia entre estas dos clases de milagros radica en el hecho de que cuando los milagros son perceptibles, y todos los hombres para los cuales esos milagros son efectuados pueden verlos en el mismo momento que son realizados, ellos no sienten miedo alguno de sus enemigos, pues todos ellos ven esos milagros, y saben que D'os es Quien está luchando por ellos.  Pero esto no es así cuando D'os realiza milagros ocultos, pues al no haber nadie del pueblo que perciba esos milagros en el momento en que ellos son realizados, ellos sí sienten mucho miedo de sus enemigos, pues nadie sabe si D'os hará por ellos un milagro o no.  Y realmente la tzirá pertenecía a la clase de los milagros ocultos, pues nadie que la veía pensaba que a través de ella D'os hacía milagros para el pueblo de Israel.

Por eso nos enseñó la Torá en nuestra Parashá, que Moshé le dijo al pueblo: "No temas de ellos", pues además del milagro oculto de la tzirá, D'os también hará por los hijos de Israel milagros perceptibles - milagros que ellos mismos podrán ver con sus propios ojos - así como "ha hecho D'os al Faraón y a todo Egipto" al realizar "los grandes milagros que vieron tus ojos, y las señales y las maravillas, y la mano fuerte y el brazo tendido mediante los cuales te ha sacado D'os".  Y al igual que hizo en Egipto, "así hará D'os" también ahora "a todos los pueblos que tú temes de ellos".  

Pero respecto de "los que queden y los que se oculten delante de ti", es decir, contra los enemigos que tú no podrás ver - y por lo tanto no temerás de ellos - "a la tzirá enviará D'os sobre ellos" hasta destruirlos, pues contra ellos no hay necesidad de obrar milagros perceptibles, ya que de todas maneras, tú no temerás de ellos.

El pueblo de Israel ha tenido a través de los tiempos, enemigos visibles y ocultos. Israel ha sufrido mucho, pero a partir de la recuperación de la tierra de Israel, Dios ha perdonado, purificado y ayudado visible e invisiblemente al pueblo de Israel. No debe temer más a sus enemigos, pues Dios librará al pueblo de Israel por medio de milagros visibles (Guerra del Golfo), como de milagros escondidos. Todos aquellos que han agredido de una u otra manera, abriendo puertas para destruir al pueblo de Dios, ellos recibirán la ‘tzirá’ que se manifestará de manera que no conocemos aún, pero no pasarán por ‘buenos’, ni por ‘piadosos’ como algunos hacen creer. Tener fuerza, valor y confiar en Dios.