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El impresionante Cementerio Central de Viena -Zentralfriedhof- y sus secciones judías

Por: Ricardo Angoso

Es un lugar impresionante, muy extenso e interesante, plagado de lugares, tumbas, rincones, esculturas y lápidas realmente valiosas en todos los sentidos. Es señorial, muy cuidado, seguro, organizado y, por cierto, muy turístico y visitado. Está lejos del centro de Viena pero si te informas y asesoras hay transporte público -tranvía- hasta allá, tanto para la ida como para la vuelta.

El cementerio central de Viena (Zentralfriedhof) fue inaugurado en 1874 y es el más extenso de la capital austriaca. Se encuentra situado en la zona sur de la ciudad, barrio de Simmering, calle Simmeringer Hauptstraße, números 230-244 al 1110. Según se puede leer en Wikipedia, “el cementerio tiene una superficie de unos 2,5 km², con 3,3 millones de personas enterradas, y es el tercero más grande Europa tras el de la Almudena de Madrid y el de Hamburo. Tiene un cierto atractivo turístico por la cantidad de personajes ilustres sepultados en él, especialmente músicos”.

La secciones judías del cementerio son muy extensas y también hay bastantes “huéspedes” ilustres enterrados en ellas. Te recomendamos encarecidamente que cuando llegues solicites un mapa en la oficina de información con la que cuenta el lugar y te organices el paseo con el fin de conocer en profundidad tan extenso camposanto. 

Como curiosidad, hay que reseñar que  el 22 de junio de 1888, los restos de Ludwig van Beethoven y el Franz Schubert fueron trasladados a la sección de los músicos, donde también se encuentran los restos de Antonio Salieri, Johannes Brams y los Strauss, así como el monumento a Mozart, cuya tumba no se encuentra allí sino en el cementerio de San Marx, más concretamente en un osario común, pues murió en la pobreza y olvidado y abandonado por todos. Es decir, lo más florido de la música austríaca se encuentra en este lugar junto al mayor cementerio judío de la urbe, aunque en Viena hay otros menos conocidos y más difíciles de visitar (están cerrados por lo general).

Además de la sección católica, hay también una protestante, otra ortodoxa, otra islámica y dos secciones judías, como ya hemos dicho antes. Como verás en el mapa del cementerio, que te adjunto, hay dos partes judías: la nueva (neuer) y la vieja (alter), no muy distantes la una de la otra y ambas con gran profusión de tumbas para tomarse con algo de tiempo en la visita.

La vida judía de Viena antes y después del holocausto

Sobre la vida judía de Viena, te remito a la información que aparece en las páginas del Museo Memorial del Holocausto de Washington (https://www.ushmm.org/wlc/es/article.php?ModuleId=100075719, que nos informa así: “Antes de la Segunda Guerra Mundial, los judíos desempeñaban un papel importante en la vida económica y cultural de Austria. En 1938, Austria tenía aproximadamente 192.000 habitantes judíos, lo cual representaba casi el 4 por ciento de la población total. La abrumadora mayoría de judíos austriacos vivían en Viena, la capital, un importante centro de la cultura, el sionismo y la educación judíos. Los judíos constituían cerca del 9 por ciento de la población de la ciudad. Sin embargo, en diciembre de 1939, esta cantidad se había reducido a solo 57.000, principalmente debido a la emigración”.

La llegada de los nazis al gobierno en Alemania, en 1933, tuvo funestas consecuencias para Austria y el país llegó a desaparecer en 1938, tal como siguen relatando las páginas reseñadas anteriormente: “Después de un período prolongado de estancamiento económico, dictadura política e intensa propaganda nazi dentro de Austria, las tropas alemanas ingresaron al país el 12 de marzo de 1938, recibieron el apoyo entusiasta de la mayor parte de la población, y Austria fue incorporada a Alemania al día siguiente. En abril, esta anexión alemana fue retroactivamente aprobada en un plebiscito que se manipuló a fin de indicar que aproximadamente el 99 por ciento de la población austriaca deseaba la unión (conocida como Anschluss) con Alemania. En el plebiscito, no se les permitió votar ni a los judíos ni a los romaníes (gitanos). Después de la Anschluss, los alemanes extendieron rápidamente la legislación antisemita a Austria”.

Pero a la ocupación por los nazis del país, le sucedió la persecución a los judíos y después el exterminio en masa de los miles que no emigraron. El mismo guión se repitió en todos los países ocupados por la Alemania de Hitler. Se abrieron los campos de concentración, se organizaron las primeras deportaciones y, en apenas unos años, la vida judía se esfumó de estas tierras de Europa a través de las fábricas de la muerte.  “El campo de concentración de Mauthausen se creó en el verano de 1938, después de la incorporación alemana de Austria. Mauthausen se convirtió en el principal campo nazi de Austria. Se construyó cerca de una cantera de piedra abandonada, a lo largo del río Danubio, a unos 20 kilómetros al sudeste de Linz, y los alemanes le asignaron categoría III, para indicar que era un campo penal especial con un régimen severo. A los prisioneros castigados, por ejemplo, se los obligaba a cargar desde la cantera del campo pesados bloques de piedra y a subirlos 186 escalones, conocidos como “Escalera de la muerte”, siguen relatando la web del Museo del Holocausto ya citada.

En total, hay que reseñar que unos 65.000 judíos austríacos perecieron en el Holocausto, otros 100.000 podrían haber salido del país antes de la llamada “solución final” y otros 4.000 quedaban con vida cuando los soviéticos y los aliados liberaron el territorio austríaco, allá por el año 1945. Finalmente, quiero reseñar como curiosidad de este cementerio que al salir hay un monumento conmemorativo a uno de los alcaldes de Viena más conocidos, Karl Lueger, entre los años 1897 y 1910. Antisemita confeso, católico, de ideas radicales, y reaccionario de la peor especie, Adolfo Hitler llegó  a escribir en el  Mein Kampf sobre Lueger recordando su estancia en Viena:   “Hoy veo en el hombre al alcalde alemán más grande de todos los tiempos”. Ver el monolito dedicado a Lueger junto con las tumbas judías resulta chocante en uno de los países más comprometidos con el nazismo durante el período más tenebroso de la historia  de Europa.

Dirección: 

Simmeringer Hauptstraße, 234 (alejado del centro histórico de Viena)