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Los dos cementerios judíos de Belgrado

Por: Ricardo Angoso

Los dos grandes cementerios judíos de Belgrado están uno enfrente del otro. Ambos cementerios judíos se encuentran  a unos 10 minutos en automóvil  del centro de la ciudad y en el interior de algunos de ellos, el ashkenazí, se erige el monumento a las víctimas del Holocausto. El sefardí data del año 1888 y el ashkenazí, comunidad judía más minoritaria en la sociedad serbia, de 1952. Ambos permanecen activos, aunque el día que fui a visitarlos, un sábado -día sagrado para los judíos-, el sefardí estaba cerrado y en el askenazí nadie me pudo recibirme o atenderme para preguntarle algunas cuestiones. El monumento dedicado a las víctimas del Holocausto recuerda delante de dos grandes tablillas de piedra el mayor aniquilamiento sufrido por los judíos en el continente. Fue levantado, como el cementerio donde se encuentra, en 1952 por el gobierno yugoslavo con el apoyo de la comunidad judía. Como ya se ha dicho, se encuentran uno enfrente del otro. Si vas con taxi, lo mejor es que le digas esta dirección: Mije Kovačevića, 1, y luego pases a ver el ashkenazí. 

El cementerio ashkenazí también cuenta, en su entrada nada más traspasar la puerta, con un impresionante monumento dedicado a los soldados judíos que murieron en las guerras de 1912-1913, más conocidas como de los Balcanes, y la Primera Guerra Mundial. Todos los monumentos, junto con las tumbas, lápidas y placas en recuerdo de muchas víctimas de la represión nazi y el Holocausto, están en muy buen estado, limpias y, como dirían los militares, en perfecto estado de revista. El sefardí suele estar cerrado, pero desde sus vallas de piedra puedes divisar las tumbas y tomar algunas fotos.

Hemos encontrado en el seminario Hadassah Magazin esta historia de los judíos de Belgrado que reproducimos a continuación: “Desde que llegaron por primera vez en el siglo X hasta el colapso del Imperio Otomano unos 900 años después, los judíos vivieron mejor en Belgrado -que significa Ciudad Blanca en inglés- que en muchas otras capitales de Europa del Este. La ciudad se convirtió en un refugio para los judíos sefardíes de habla ladina que huían de las Inquisiciones española y portuguesa. Se establecieron en la región de Dorcol, cerca del Danubio”.

Y sigue el relato contando: “Los judíos askenazíes llegaron de Austria-Hungría y Europa central y vivieron más al sur, cerca del río Sava.Los judíos estaban involucrados en el comercio entre las provincias del norte y el sur del Imperio Otomano, llegando a ser especialmente importantes en el comercio de sal. A mediados del siglo XVII, la yeshiva de Belgrado se hizo muy conocida y la comunidad floreció. En los años que siguieron a la independencia de los turcos, en 1830, las fortunas judías en Belgrado se encogieron y disminuyeron bajo diferentes reglas, algunos de los cuales implementaron leyes que favorecían a los comerciantes no judíos y excluían a los judíos de ciertas profesiones. En el siglo XX, los judíos lucharon junto a los serbios en las Guerras de los Balcanes de 1912 a 1913 y en la Primera Guerra Mundial”. De todos estos acontecimientos, como ya hemos hablado antes, da fe el cementerio con los monumentos que nos encontramos en recuerdo de los judíos que lucharon por Serbia y dieron su vida por la que consideraban su patria.

Luego llegaron los nazis, la brutal ocupación de Serbia y el consiguiente Holocausto. “Cuando los alemanes ocuparon Belgrado en abril de 1941, cerca de 12.000 judíos vivían en la ciudad, la mayoría de ellos sefardíes. Sólo 13 meses después, Belgrado sufrió la infamia de ser la primera ciudad en Europa declarada “Judenfrei”, -es decir, ciudad libre de judíos en el argot nazi-. Al menos 2.000 judíos fueron asesinados por pelotones de fusilamiento en el campo de tránsito de Topovske Supe, en el centro de Belgrado. La mayor parte de los que sobrevivieron a este infierno fueron gaseados en Sajmiste, un campamento cerca del río Sava que antes había sido un recinto ferial. Sólo unos 2.000 judíos de la ciudad sobrevivieron al Holocausto. Después de la guerra, los judíos experimentaron menos antisemitismo en Yugoslavia que en muchos otros estados comunistas. Sin embargo, muchos dejaron el país para irse a Israel o los Estados Unidos”, cuenta el Hadassah Magazine.

Hoy, en Belgrado, sigue existiendo algo de la vida judía de siempre, aunque cada vez más menguada y menos activa a merced de las guerras en la antigua Yugoslavia, el deterioro de la calidad de vida debido a la crisis económica y el aislamiento de Serbia en los últimos años. Sigue funcionando -según las noticias que tengo-  el Coro de los “Hermanos Baruh”, que fue fundado en 1879. La comunidad judía de Serbia ahora tiene, más o menos, 3000 miembros en las diferentes ciudades. La mayoría vive en Belgrado, donde actualmente existe una muy activa comunidad judía; es propietaria del edificio en cual se encuentran las oficinas de la Federación de Comunidades Judías de Serbia, administración de la comunidad judía local y el Museo Histórico Judío -casi siempre cerrado, todo hay que decirlo: consultar horarios-. (Fuente utilizada sobre la comunidad judía hoy: Rozita Iles.

Termino estas notas sobre los cementerios judíos de Belgrado con unas palabras que escribiera el arquitecto que levantó el Monumento al Holocausto que se levanta en la parte ashkenazí, Bogdan Bogdanovic, y que nos habla de los ataques a los cementerios en esta época que nos recuerda mucho que no estamos tan inmunes del regreso a la barbarie:”Los modernos bárbaros arrasan también los cementerios, con la misma entrega con la que devastan las ciudades. Porque siendo los cementerios una especie de ciudad, de nuevo aparece aquel mismo pánico terrible contra la amontonada memoria “ajena” y los indescifrables mensajes ocultos. Además, los destructores no saben -¿cómo pueden saberlo?- que atacan a la memoria de sus prójimos rompiendo los lazos de la propia memoria antropológica.” 

Dirección: Cementerio Central, Mije Kovacevica Street, 1

(Están uno enfrente del otro).