Imprímeme

Entre la libertad y el libertinaje

Por: Raquel Goldschmidt

Una de las promesas de la democracia es la posibilidad de expresarse libremente, lo cual ha sido la bandera de los oprimidos, el grito de los hambrientos, el clamor de los violados y las injusticias, que están bien acomodadas en cada rincón del planeta. No siempre, en verdad algunas veces, estas banderas, gritos y clamores, han dado buenos resultados, de hecho, la violencia en el mundo ha crecido, al igual que el hambre y la injusticia social. Pero sí ha sido estandarte gracias a la libertad de opinión, para debatir contra la verdad, y para notificar hechos que no han ocurrido o peor aún, distorsionar los hechos reales. No puedo decir que siempre es así, pero pienso que es el común denominador.

Mientras escribo éste artículo, en Corferias, donde se está realizando la Feria del Libro 2017, generador de oportunidades y progreso, el espacio para la cultura y el arte, el impulsador del desarrollo cultural, social y comercial, ha permitido colocar un stand de la comunidad palestina en Colombia, con la filosofía titulada: “70 años de ocupación”, no solamente el stand en éstos términos agresivos, sino que diariamente, allí se imparten charlas al respecto, generando odio y beligerancia en contra de un pueblo que, en verdad desea vivir en paz, el pueblo judío, el pueblo de Israel.

Para quienes conocen la historia, ésta es una gran mentira que ocupa espacios universitarios en todo el mundo y hasta la UNESCO se ha atrevido a proclamarla, mientras la ONU, entidad “protectora” internacional, voltea la mirada indiferente y dañina. La tragedia radica en la gente que ignora la historia completa, la historia no distorsionada. Estudiantes, maestros, políticos, aquellos caen en la trampa de la “libertad de expresión”, van cayendo y cayendo, hasta que quedan hundidos irrevocablemente en una mentira la cual será muy difícil de modificar, en un odio hacia Israel y el pueblo judío, que, por supuesto genera consecuencias muy difíciles de manejar. Aquí es cuando la libertad se enmascara y se convierte en libertinaje.

Escribir lo que se le ocurra, decir lo primero que se le pasa por la mente, calumniar, arrebatar el derecho de grupos, de razas, de etnias, de culturas, de minorías, de negros, porque algún vivo se le ocurrió decir que “los judíos mataron a Jesucristo”, promoviendo masas de cristianos asesinando judíos, o porque algún desquiciado se le ocurrió proclamar calumnias contra los negros haciendo que parte de la población se levante contra ellos en amenazas y atentados, recordando el Ku Klux Klan. En otrora eran las persecuciones a las brujas, donde acusaban a cualquier mujer y la quemaban viva. Son innumerables las situaciones desde la “opinión”, la “palabra” o “lo escrito”, donde se desfigura una idea, donde se enaltece la sed de grandeza, de poder, promoviendo la violencia, el malestar, el dolor y finalmente la guerra y la muerte.

Los noticieros, que deberían ser los que notifican o relatan un evento, se han deformado en estandartes políticos e ideológicos que promueven tal o cual gobernante, tal o cual filosofía, tal o cual pueblo, dependiendo de quiénes son los que manejan dichos noticieros. Una misma noticia y dos versiones –o más- de ella. Entonces el televidente o el radioescucha, debe tomar una posición y suele ser, que el locutor que está escuchando en el momento es el que piensa que tiene la verdad o el locutor que lo dice con más carisma y gracia. Más grave cuando se trata de un maestro de universidad –especialmente en Estados Unidos- ¿Cómo no creerle?, o un columnista en algún periódico que se dice serio, o alguna revista de tradición, pero va lanzando su inventario de odio contra su objetivo, así, fácilmente.

El sistema de “atrapa tontos” o “atrapa inocentes e ignorantes”, utilizado principalmente por grupos terroristas islámicos especialmente ISIS, ha captado la afiliación de cientos de jovencitos por todo el mundo y se trata de discursos y charlas que apelan a sus sentimientos y emociones. –Por favor ver la película “El cielo esperará”-. Es el mismo estilo, solo que un poco menos arriesgado.

Hay varias maneras de contrarrestar la mentira, los noticieros mentirosos, los maestros mentirosos, las políticas mentirosas, es tratando de frenarlas, no hay de otra. ¿Cómo se frena?, exigiendo profesionalismo. Si un maestro va a enseñar historia, a él se le debería exigir un diploma que lo acredite como historiador, al igual cada noticiero o periódico, no es posible que contraten a un comentarista sobre la situación del Medio Oriente –o cualquier otro tema polémico-, si no sabe la historia completa y no sea un diplomado en el tema, no es suficiente con que hable lindo, y se exprese como si fuera un profesional y sepa qué ocurre hoy en el lugar donde está hablando, si no conoce la historia. ¿Usted se dejaría operar por un hombre que dice que es un experto que lo ha hecho muchas veces pero… no tiene un diploma que lo acredite como médico?, hacer caso de lo que se escucha o se lee, sin comprobar la verdad histórica, es exactamente como dejarse operar de alguien que sin ser médico dice que puede hacerlo.

Hay gobernantes, líderes, escritores y hasta periodistas de los verdaderos, estudiados, entendidos, que han tratado de frenar a los noticieros que emiten calumnias, falsedades y verdades distorsionadas, no sabemos si lograrán su propósito, la burla de algunos periodistas “humoristas”, o los desequilibrados de opinión muchas veces se salen con la suya haciéndose los “mártires”, los pobrecitos que son oprimidos y no les permiten expresarse. Hasta la gente cuerda les cree. Pobrecitos, no les permiten decir sus mentiras o sus verdades disfrazadas, pobrecitos, entonces, se les escucha.

El tema de la libertad de opinión que presenta una verdad no corrupta por la ignorancia o por la conveniencia, y del libertinaje de prensa o de cualquier otro medio, es como debería ser. Solo podemos recurrir a los esclarecedores de la verdad –hasbará- conocedores del tema y de la historia a fondo, que han enfrentado incluso ante cámaras a personajes odiosos y profanadores de la verdad –que afortunadamente los tenemos en nuestra comunidad, como el profesor Marcos Peckel, El profesor Jaime Rosental, el Rabino Alfredo Goldschmidt y otros pocos más, en el tema de historia judía-.

Por último, quiero felicitar a los jóvenes judíos sionistas de nuestra comunidad, de tierna edad escolar, que tuvieron el coraje de ir a Corferias a enfrentar con sus conocimientos, la falsedad que los palestinos, en su stand donde presentan “70 años de ocupación”, tratan de inducir a un público que probablemente desconoce el fondo de la verdadera historia, ojalá nuestros líderes especialmente los que trabajan el tema de Hasbará –esclarecimiento-, los guíen para que sean astutos y presenten la verdad tal como es en el momento adecuado, el lugar adecuado y con herramientas adecuadas. Kol Hakavod a éstos jóvenes.