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Te canto una historia

Por: Raquel Goldschmidt

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Para relatar la historia musical del pueblo judío habría que desarrollar un trabajo académico que llenaría miles y miles de páginas; en realidad miles de audio-páginas. En el siguiente artículo me limito a marcar algunos trazos de la historia.

La música y canciones han acompañado al pueblo judío desde sus comienzos. Cuando los hebreos salieron de Egipto (1230 AEC), acababan de ser un pueblo con fecha de inicio de año establecida, hace más de 3.000 años; apenas atravesaron el mar de los juncos, librándolos Dios del ejército egipcio, lo primero que hicieron fue cantar. En la Torah está el canto de Moshé (Éxodo 15:1 al 20) y después cantó la hermana de Moshé Miriam, para las mujeres (Éxodo 15:21).

Por supuesto no hubo la posibilidad de grabar un audio en aquél entonces, pero estos poemas inspiraron a los compositores de la liturgia judía -y no judía- para musicalizar estas palabras, como en el ritual sefaradí durante la lectura de la Torah e incluso grupos no judíos con bellísimas composiciones.

La música litúrgica ha marcado la vida espiritual de los judíos a través de toda su historia, los rezos y oraciones en el Sidur, o en la mesa de Shabat el Lejá dodí infaltable, o el final de la cena con el Birkat Hamazón, en festividades o incluso en momentos de luto y dolor

Pero no solamente la música litúrgica de oraciones se ha llevado al campo de la sinagoga o el hogar, con melodías festivas como las de Yom Kipur, la Alta Festividad del ayuno, como el Kol Nidrei que ha sido orquestada y realizada en el campo de la música clásica. Esta oración que recuerda momentos en los que el pueblo judío fue obligado por el catolicismo a abdicar de su religión o ser torturado e incluso morir.

Aparecen también canciones no litúrgicas alusivas a momentos históricos, dentro de obras de teatro o en el folklor de acuerdo a la región, por ejemplo, los judíos españoles que por fuerza se vieron obligados a desplazarse a diversos países del medio oriente pero conservaron el dialecto español a través del ladino para recordar momentos de dolor o de la vida. También para recordar festividades como la de Janucá.

Los ashkenazim, judíos que residieron en la Europa occidental, levantaron escenas maravillosas en teatro y su musicalización que recordaban sus vivencias.

Con la creación del Estado de Israel en la bimilenaria tierra de Israel, surgió una fusión muy interesante de cultura musical, convirtiéndose en algo muy propio del israelí, aparece entonces la alegría de el joras acompañado de su correspondiente danza que se dispersó por el mundo judío de cada rincón del planeta.

Artistas no judíos entonaban hermosas melodías de esas épocas, como el famoso cantante español Rafael quien con su Aba  Naguila, abrió espacios y el corazón de la muchachada y el cariño de jóvenes no judíos, o el también español Juan Bau enamorado de una judía que regresaba de España a Israel.

El famoso cantautor francés, no judío Charles Aznavour, “El embajador de la chanson”, ganador de numerosos premios internacionales, quien además fue galardonado en Israel por la Fundación Raoul Wallemberg en el 2017, por su esfuerzo y trabajo de él y su familia en la resistencia contra de los nazis y siempre apegado a la tradición judía, gracias a las tradiciones de familias judías que sus padres escondieron salvándoles la vida; cantó en varios idiomas; una de sus canciones la dedicó a jerushalayim.

Israel ha participado en 40 festivales de Eurovisión, donde ha ganado en 4 veces. En 1978 Izhar Cohen y el conjunto Alphabeta con “Abanibi”, trabalenguas en hebreo que jóvenes de aquella época repetían, sabían trabalenguas pero no hebreo; en 1979 Gali Atari con el grupo musical Milk and Honey con “Alleljah”, interpretado muchas veces por el coro del CCH del Rabino Alfredo, en 1998, la transexual Dana Internacional con “Diva”, que dicho sea de paso, causó gran polémica y disgusto entre los ortodoxos por su condición de género transexual pero el texto de la canción enaltece a mujeres que fueron protagonistas en la historia. Y en el 2028, la cantante Netta, con el tema “Toy”, -No soy tu juguete- canción imposible de reproducir en el coro del Rav Goldschmidt -Colombia-, difícil de cantarla por cualquier persona, muy simpática de escuchar.

La historia musical judía ha llenado campos tanto en el ambiente clásico, como en el popular, en el tradicional como el moderno. Presentados en escenarios locales israelís como de casi cada rincón del mundo. Y canciones judías se han interpretado y compuesto por personajes no judíos. Cancioneros en hebreo traducidos a otros idiomas, además canciones de otros países traducidas al hebreo.

La música judía traduce en notas musicales su historia desde el nacimiento del pueblo de Israel, sus alegrías, sus amores, persecuciones, desventuras, festividades, hazañas, amor a Dios, despecho, etc. siempre ha existido y han ido directamente al alma.

La canción judía recuerda que el pueblo de Israel, que los judíos del mundo seguimos existiendo. Am Israel Jai, y el deseo de paz y de existencia en Israel y en todo el planeta.