Imprímeme

Invitación a reflexionar

Por: Raquel Goldschmidt

Como judíos y como parte emocional de Israel (quienes no vivimos allá), sabemos perfectamente qué se siente estar envuelto en mentiras por parte, inclusive, de los medios de comunicación (¿tal vez involuntariamente?), quienes reciben información a veces de algún “particular” que esté (o no) en el lugar de la acción, o de medios de la oposición a Israel y emita su propia visión del hecho, sin un análisis sin revisión histórica, sin investigación, sin un punto de prueba de veracidad, lo que hoy llamamos fake news. –Aún hoy se acusa a Israel de asesinar cruelmente a inocentes palestinos, borrando totalmente los ataques a Israel, tal vez porque no son noticia importante digna de ser publicada-.

Durante la 2GM occidente entendía que los judíos estaban súper bien. Cuando la Cruz Roja recibió los informes de prisioneros en Campos de Concentración, fue de visita y lo que vio fueron músicos judíos sonrientes (previamente organizados malévolamente por los nazis) interpretando bellísimas canciones y lo bien que estaban en esos campos… ni siquiera se molestaron en investigar qué estaba pasando realmente. Solamente cuando las fuerzas armadas de Rusia y posteriormente de otros países, rescataron campos de exterminio.

El periódico EL TIEMPO, alerta en éstos días sobre videos y fotografías de fake news que llegan acusando a Rusia. ¿Está usted seguro de estar recibiendo las noticias como son? ¿Usted ha leído de qué se trata el acuerdo de Minsk y comprobado si se han cumplido de lado y lado? ¿Hay análisis sobre los intereses que puede haber de por medio en cada uno de los lados? ¿En serio usted piensa que Rusia quisiera atacar una central atómica sabiendo a los efectos que se expone directamente? ¿Alguna vez se le ocurrió abrir un noticiero ruso para intentar leer el otro lado de la noticia que llega a nuestros medios para así tomar una posición realmente imparcial? No digo que sea pro-Rusia, pero sí digo que hay que ver los dos lados e investigar un poco más a fondo, antes de permitir que el odio invada su mente y/o que la angustia de una nueva guerra mundial le quite la paz de su alma.