Imprímeme

Gefilte fish a la criolla

Por: Marlene Himerlfarb

Los lazos familiares se transmiten de una generación a otra y por lo general no se escogen. Nos llegan por herencia. Así fue como mi esposo terminó siendo primo de Abraham Korman porque era primo de los primos. Esas son parentelas que se van formando y ya no importa mucho quién es hermano de quién o por donde resultamos familia. Mi suegra y la mamá de Abraham fueron muy amigas y eso creó lazos incluso más fuertes que los de familia. Las dos preparaban manjares, especialmente de la cocina judía y la comida en nuestra historia crea una tradición que se hereda de generación en generación. Siempre discutían de quién era la receta original y todavía los hijos se pelean por la autoría de esos deliciosos platos que preparaban. Yo llegué a la familia después, al casarme con Reuven, por lo tanto Abraham se convirtió también en primo mío.

Un día estaba yo tranquila en mi casa y me entró una llamada de Abraham Korman, preguntándome la receta del geffilte fish. Él estaba en Santa Marta haciendo un trabajo con los aborígenes y le dieron unas hamburguesas de pescado. Cuando las probó se acordó de ese sabor especial e inolvidable del geffilte fish y quería compartirles la receta. 

Ahora en esa playa de Santa Marta, se come geffilte fish hecho por las nativas. Así fue cómo la receta pasó de ser propiedad y de uso exclusivo de familias judías que trajeron  sus costumbres gastronómicas de Europa, a formar parte del patrimonio gastronómico de la costa Caribe colombiana. Tengo que recomendarle a Abraham que les diga que deben acompañarlo con jrein y aprender a comerlo frío, a diferencia de las hamburguesas de pescado que se comen calientes. Puede decirse que esta receta hace parte ahora del folclore caribeño, como un legado de  los judíos que vinieron a buscar a estas tierras “mangos mit parfum”.