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El matrimonio prohibido de Moisés

Por: Rav Daniel Shmuels

La Torá nos enseña que al llegar a Shitim, los hijos de Israel decidieron cohabitar con las mujeres de Moab y se postraron ante el Dios de ellas, Baal Peor. Debido a esto Dios decidió castigar a todos los líderes del pueblo con la muerte, edicto llevado a cabo por los jueces de Israel para todos aquellos que se habían apegado al dios Baal Peor. Este pasaje es un preámbulo a lo que sucede enseguida a la vez que nos encuadra en el asunto de los matrimonios prohibidos. 

Sucede que después viene un hombre con una mujer medianita y se presenta ante sus hermanos, frente a Moisés y frente a toda la congregación de Israel. Dada esta situación, Pinjas, el hijo de Aarón el Cohen, toma una espada y mata tanto al hombre como a la mujer medianita haciendo que cese la plaga que estaba sucediendo en ese momento. A simple vista podemos observar que ambos temas apuntan hacia una prohibición que aún en nuestros días todavía cobra mucho valor; a saber, la prohibición de casarse fuera de la fe. En general, ese es el concepto Peshat (simple) de nuestros sabios sobre los matrimonios mixtos y el riesgo que presentan para el judaísmo. 

De cualquier forma, la segunda parte de la historia nos introduce a un problema mayor que establece, en última instancia, la importancia de la Halajá como institución trascendental comunitaria más no personal; es decir, que no aboga por un solo individuo sino por la comunidad entera. 

Es en la Parshá de Pinjas donde nos enteramos que el personaje asesinado es Zimri, el hijo de Salu, el jefe de la casa paterna de Shimeón. Así mismo se nos informa que la mujer asesinada era Cazbi, la hija de Tzur, el jefe de Midián. La posición social de estos personajes es importante en tanto estaban en puestos de liderazgo y a pesar de ello, su matrimonio no fue válido y sufrieron las consecuencias de sus actos contra Dios.

De acuerdo a la interpretación de Rashi la cosa sucedió de la siguiente manera, Zimri y sus amigos se presentan ante Moisés y le pregunta si Cazbi le está permitida para casarse o no. En el caso que esta mujer Midianita esté prohibida para Zimri; entonces, ¿quién lo autorizó a él para casarse con la hija de Yetro, quien también es una midianita? Moisés por su parte no dice nada, no responde, no justifica su matrimonio, no se impone como el elegido por Dios para sacar al pueblo de Israel de la esclavitud y guiarlos a la tierra donde fluye la leche y miel, estableciendo que esa es su autoridad. En cambio es nada lo que dice y el silencio es su respuesta.

He aquí el análisis, Moisés se casó con Tzipora cuando salió huyendo de Egipto, muchas décadas antes que hubiera un pueblo unificado de Israel, mucho antes que hubiera Torá y por consiguiente una verdadera Halajá. Todos recibimos la Torá en Jar Sinaí, es en ese momento donde todos nos convertimos al judaísmo, incluyendo Moisés, Aarón, Tzipora y todos los demás presentes. Ese es el punto de inicio de nuestro judaísmo y de nosotros como pueblo; antes de ello, no. Es decir, debido a que Tzipora estuvo junto a Moisés en la revelación de Sinaí, ella no es Midianita sino judía. Cosa muy diferente con Cazbi quien sigue siendo una medianita. Entonces no viene a lugar que un hombre con ínfulas de sábelo-todo ponga en duda que el matrimonio de Moisés era prohibido.

He aquí lo interesante del asunto, nadie dentro de los hijos de Israel fue capaz de decirle a Zimri o a sus amigos que la comparación era absurda y sin sentido. Curiosamente, la Torá, el Talmud, o el Midrash tampoco aclaran la falsa e infundada acusación de Zimri contra el matrimonio de Moisés, a pesar de su simple explicación. La respuesta más satisfactoria que podemos encontrar frente a esta situación es que la queja del matrimonio de Moisés no era porque se hubiera casado fuera de la fe sino por algo más profundo e intrigante.

Sí, la queja, en palabras de Rashi, es de Midianita contra Midianita. Una judía, la otra no. Entonces, ¿cuál fue la falla que vió Zimri y sus secuaces en el matrimonio de Moisés? Es la opinión del Lubavitcher Rebbe Shlitá que la queja era precisamente que Moisés se casó con una conversa. Recordemos, Moisés hizo las veces de Cohen Gadol en la inauguración del Mishkán. Este debate lo presenta el Talmud en Zevajim 120a cuando se pregunta si Moisés es Cohen o no. De acuerdo a Rav, Moisés no sólo es Cohen sino Cohen Gadol debido a que tiene esas funciones por el resto de su vida cada vez que se inaugure el Mishkán. Rashi subraya esto en su interpretación de la Masejta; a saber, en el momento en que Moisés es apuntado para hacer las veces de Cohen Gadol para inaugurar el Mishkán por el resto de su vida indica que por  el resto de su vida será un Cohen Gadol. Estatus confirmado, Moisés era Cohen Gadol. 

La queja de Zimri era que Moisés se encontraba en una relación inválida en tanto era un Cohen Gadol casado con una conversa; por consiguiente, Moisés no tenía ningún derecho de oponerse a su relación con una midianita. De acuerdo al punto de vista de Zimri, sería absolutamente hipócrita por parte de Moisés oponerse al matrimonio de Zimri si ambos estaban quebrando las leyes de matrimonio que establece el judaísmo. 

Sin embargo, la situación es absolutamente diferente para Moisés. Él ya estaba casado con Tzipora cuando asumió su rol de Cohen Gadol. El punto es que Moisés no escogió a su esposa después de haber asumido su rol de Cohen Gadol. Esto nos lo aclara la Mishná cuando legisla que si un Cohen se compromete con una viuda, cosa que cualquier Cohen puede hacer, y después de su compromiso es nombrado como Cohen Gadol, puede casarse con ella aun cuando un Cohen Gadol no se puede casar con una viuda. El motivo, porque se había comprometido con ella antes de asumir su rol de Cohen Gadol. Esto mismo sucede con Moisés.

Debido a que Moisés ya estaba casado con Tzipora, no existe ningún inconveniente para continuar con su matrimonio al obtener su estatus de Cohen Gadol. Empero, Zimri había tergiversado la ley para justificar su proceder. Esa es la falla de Zimri, querer adaptar la Halajá para su beneficio propio sin base alguna.

Ahora bien, en cuanto al silencio de Moisés queda la pregunta, si Moisés no era culpable de nada, ¿por qué nada refutó, por qué no se defendió? El dicho dice, el que calla otorga. El hecho que Moisés no dijera nada lo pone hasta cierto punto como culpable. Pero aquí es donde la Halajá nos enseña su valor trascendental y no personal.

La integridad de la Torá exige que sus profesores no tengan ambigüedades personales. Si Moisés hubiera decretado que su matrimonio era válido porque fue antes de asumir su Cohanut, hubiera dado la apariencia que la Halajá era para servir fines personales. Si Moisés hubiera sido acusado de haber hecho decisiones Halájicas que lo afectaban a él directamente, la integridad de todo el judaísmo hubiera sido puesto en tela de juicio. Por ende, Moisés escuchó el insulto y permaneció silente. En otras palabras, Moisés prefirió que su honor fuera atacado a cambio de proteger y asegurar la integridad de la Torá por generaciones a venir. Y eso, eso es lo que todos debemos tener presente cuando de Halajá se trata.