Imprímeme

Lo que Extrañamos y lo que Anhelamos

Por: Iona Estévez Bretón

“¿Qué sería de la vida, si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?” 
Vincent Van Gogh 

En esta coyuntura planetaria Covid 19 nos hemos visto sorprendid@s por la necesidad de introducir grandes cambios en nuestras actividades cotidianas, los cuales nunca habríamos imaginado previamente.

Entonces desfilan ante nuestros sentidos situaciones muy impactantes y hasta paradójicas, talesp como: partidos de fútbol profesional con graderías vacías, jornadas de trabajo sin contacto corporal alguno, saludos familiares sin besos, estudiantes escolares sin colegios y hasta matrimonios con escasos invitados.

Resulta interesante proyectar tan atípica condición histórica hacia el futuro y lograr vislumbrar la manera en que la humanidad logre un cambio de rumbo definitivo, una verdadera “reinvención existencial". Una modificación que permita a nuestra especie viabilizar una producción económica y un desarrollo social que sean amigables con nuestro hogar planetario, respetuosa de todas las formas de vida y centrados en el bienestar y la salud de los humanos y de todos los demás seres vivos.

La propuesta que quiero lanzar es que a partir de las grandes dificultades con las que este entorno pandémico nos ha desafiado, construyamos colectivamente un ambiente que nos posibilite: 

- Certificar la producción de bienes y servicios sin explotación del ser humano. Alguna institución internacional reconocida podrá diseñar un sello que distinga los productos que cumplan con esta condición. Pueden emitir el sello la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) o la ONU.

- Certificar la producción de alimentos y otros productos de origen animal sin sufrimiento de las especies implicadas. Aquí también es viable la utilización de un sistema de sellado internacional de los productos que cumplan con este requisito. El sello puede ser producido por una ONG como la World Wildlife Fund (WWF) o la Greenpeace. En cuanto a los productos alimenticios, también pueden aportar las comunidades judías y musulmanas locales pues tienen amplia experiencia en este sentido con sus dietas kosher y halal, respectivamente.

- Certificar a las factorías y plantas que operen sin desechos perjudiciales para nuestros ecosistemas. También aquí aplica el uso de un sello o distinción que garantice la producción ecológicamente amigable, aunque en este caso posiblemente es más adecuado que se trate de una institución nacional, como el Ministerio del Medio Ambiente en colaboración con alguna ONG con orientación hacia la ecología y el desarrollo sostenible.

- Certificar a las industrias y empresas que promuevan la diversidad y la equidad dentro de sus políticas internas, tanto desde el punto de vista étnico, como de género, de religión y de condiciones de limitación o discapacidad física. El sello respectivo puede ser emitido por una institución estatal local, como el Ministerio de Trabajo en colaboración con una ONG enfocada en el tema de la inclusión social.

- Certificar a las industrias y empresas que promuevan entre sus empleados los hábitos saludables como: la alimentación balanceada, la práctica del ejercicio, las actividades recreativas familiares y el abandono de hábitos nocivos como : conductas violentas, conducción imprudente, adicciones (cigarrillo, sustancias psicoactivas), etc. El sello respectivo puede ser emitido por una institución estatal local, como el Ministerio de Salud en colaboración con una ONG orientada hacia el tema de promoción de la salud y prevención de la enfermedad. Y además del sector empresarial, sería muy interesante incluir progresivamente instituciones educativas, comunitarias y recreativas.

- Certificar a los partidos y organizaciones políticas que se abstengan de vínculos con fanatismos religiosos, raciales o de género perjudiciales para la convivencia social pacífica. En este caso, el sello o aval respectivo puede ser emitido por una ONG local de reconocida independencia, orientada hacia el tema de la defensa de la tolerancia en términos raciales, de género y religiosos. Algunos candidatos: Institutos adscritos a Universidades, Comisión Andina de Juristas y Comité Permanente para la Defensa de los Derechos Humanos (Seccional Colombia). Por obvias razones, no conviene incluir instituciones gubernamentales en este tema. 

Es necesario decir que el sello emitido para cada caso no solo será un reconocimiento social y un aliciente especial para los potenciales clientes o socios, sino que además debería incluir estímulos tributarios de algún tipo para la empresa, industria o institución social que lo ostente.

Para concluir, debo manifestar que este inusitado desafío planetario que nos ha planteado la historia debe conducirnos a proponer alternativas imaginativas, incluso atrevidas, para reorientar nuestra existencia colectiva y mediante la colaboración entre instituciones estatales y ONGs, tanto locales como globales. Y estas propuestas las debemos hacer los ciudadanos “de a pie”, ya que desafortunadamente la mayoría de nuestros políticos están muy ocupados defendiendo sus intereses personales o defendiéndose ante las Cortes de Justicia; en los peores casos están excesivamente concentrados apoyando grupos extremistas.

¿Lograremos aprovechar esta singular oportunidad?