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Justos entre las Naciones

Por: German Valbuena

Escuche el artículo en audio a cargo de Vilma Chaskel

Nahariya es la ciudad norteña de Israel que limita con el Líbano en el hermoso mirador  Roshanikra, donde se puede apreciar los vestigios de la línea férrea  turca que llegaba hasta Bersheba. 

El acceso desde Ako por la línea costera lleva al visitante a disfrutar del bello panorama observando el ruidoso Mediterráneo que golpea su costa rocosa. 

Hanna la joven holandesa que nos visitaba, tenía un sueño: Conocer a Vladimir y Nina. Oriundos de Rusia, ellos llegaron a Nahariya en los años 90 por el programa de Justos entre las naciones. 

En el frio invierno de 1939 en los albores de la guerra, en  la frontera Germano Soviética, Vladimir prestaba guardia solitario en el línea férrea por la que se ingresaba al territorio Soviético de Vilna. Un tren cargado de judíos Alemanes que huían del nazismo y que presagiaban el fatídico genocidio esperaba la orden de paso a tierras soviéticas. 

En condiciones normales, Vladimir debió no permitir el cruce del tren hasta que las autoridades se presentaran para revisar documentación y legalizar el ingreso a territorio Ruso. Los encargados del transporte, expusieron a Vladimir la urgencia del ingreso quien en un acto de fe y comprensión tomo la valiosa decisión de accionar la barrera de acceso al territorio Soviético. 

Años más tarde, testigos del episodio narraron a un periódico Sionista el hecho, lo que dio lugar a la localización de Vladimir y Nina, a quienes se les hace el l ofrecimiento de migración a Israel. Es así como esta pareja de ancianos Rusos hace parte de los cientos de miles reconocidos como Justos entre las naciones. 

Nuestra amistad con Vladimir y Nina se produjo en las reuniones de Shabat que la familia Delgadillo de Colombia celebraba semanalmente y donde asistían regularmente estos héroes desconocidos para la gran mayoría, pero cuyos nombres quedaron escritos entre los Justos entre las Naciones.